13.5.13

La fotografía, entre la ilusión de lo real y la memoria

                                                     
 
 
Creo que la idea principal de la obra de Bavcar que se deduce de la misma es, precisamente, su título: LA FOTOGRAFIA, ENTRE LA ILUSION DE LO REAL Y LA MEMORIA, que condensa magníficamente el parecer (la subjetividad) de Bavcar.
 Bavcar se quedó ciego por sendos accidentes a la edad de 11 años y cuyos recuerdos obtenidos hasta esa fecha le han servido para imaginar otro mundo ilusorio; así se conjuga lo imaginado en la realidad actual (su vivencia) con las escasas imágenes que logró captar antes de quedarse totalmente ciego. Como él mismo ha afirmado, fotografía lo que imagina, los originales están en su cabeza: se trata de la creación de una imagen mental y de la huella física de lo que es imaginado; es una interpretación de la realidad preconcebida en su niñez antes de perder la vista. Esta situación hace que el fotógrafo tenga un concepto ajeno a lo tradicional y lo concibe, ante todo, como un acto mental, algo muy subjetivo no enmarcable en los conceptos habituales de la fotografía.
Y ello es así, porque entiende, motivado por su ceguera, que la imagen no es algo necesariamente visual, sino que la concibe como una representación interna de realidades externas de modo que cada foto que hace la tiene perfectamente ordenada en su cabeza antes de disparar; la cámara se la lleva a la altura de la boca y de esa forma fotografía a las personas que tiene delante: las manos miden la distancia y lo demás lo hace el deseo de imagen que hay dentro de él.
De la lectura, cabe sacar dos conclusiones principales.
La primera, es algo característico de su obra y es el dominio de la luz en sus fotos (“el dominio de la luz es una de las cualidades fundamentales de la cámara oscura”, es decir, su mundo), afirmando a continuación que sus fotografía no es un trozo de la realidad, sino un deseo de imagen dentro de la oscuridad en que se desenvuelve, un intento de imaginarse el objeto antes de reflejarse en la foto y que va a surgir de entre la oscuridad gracias a esa luz.es por ello, que una frase muy expresiva del autor es cuando afirma que la vista física es una cosa y el deseo de imagen otra diferente.
Por ello, tal y como se ha afirmado por críticos, lo especial en la fotografía de Bavcar es que hay una "atmosfera", un espacio de sombra, donde "vive" la luz. La luz no cae sobre la superficie del objeto, sino que vive por si sola ye surge en esa  oscuridad tridimensional, volumétrica que le rodea por todas partes, por lo que su trabajo consiste en que se haga la luz para que surjan las fotos de entre la oscuridad y las tinieblas (acariciar la luz, expresa en algunos momentos para poder ver con el tercero ojo, afirma). Junto a esta idea de la fotografía que tiene el autor, también cabe reseñar su pensamiento acerca de la técnica fotográfica, en concreto, el desfase entre la instantánea y el resultado y cómo esta diferencia temporal ha ido evolucionando a lo largo del tiempo hasta el momento actual en que casi ya es inexistente, de modo que el tiempo de espera en la fotografía digital se aleja del existente para la fotografía analógica. Por ello, continúa, el fotógrafo actual va perdiendo progresivamente su subjetividad, ya que las nuevas técnicas van apartando al fotógrafo de su condición como sujeto activo, pasando muchas veces a ser un mero observador que recoge una instantánea en el tiempo y el espacio.
 Así, me ha parecido especialmente importante cómo diferencia la figura del fotógrafo de la época analógica de modo que, a diferencia del sXIX, actualmente el fotógrafo ya no dispone del tiempo necesario para prever la imagen de manera distinta a como aparece en el objetivo; el trabajo cada vez más automático va borrando la participación del sujeto que transcurre desde el momento de la foto hasta el trabajo en el laboratorio químico y su final comprobación entre la prueba y el sujeto fotografiado; en la actualidad, predomina la técnica y los avances tecnológicos sobre el trabajo del fotógrafo, aunque, sigue afirmando, no se ha perdido toda la esperanza si el fotógrafo del s. XXI se libera de la técnica y permite que un poco de su ser vaya quedando en la propia fabricación de sus imágenes.
El simil que emplea sobre el espejo para explicar este planteamiento me parece muy acertado, en el sentido de que todo espejo que nos refleja una imagen es porque tiene delante una presencia real; si queremos hacer fotos que reflejen nuestra idea de la imagen, primero tenemos que proyectar nuestra propio ser sobre esas fotos.

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